El Hilo Fantasma.

El Hilo Fantasma (Phantom Thread, 2017), de Paul Thomas Anderson, es el nuevo drama romántico inspirado en gran parte en el diseñador español Cristóbal Balenciaga y en la vida del mismo Anderson.

Ambientada en Londres en los años 50, nos presenta una relación de interdependencia entre Reynolds Woodcock, un aclamado diseñador de vestidos que vive y trabaja con su hermana Cyril; y Alma, una mesera que se convierte en amante e inspiración del artista.


Tras un sutil intercambio de miradas en un restaurante, ese mismo día tienen una cita en la noche en el taller de Woodcock, en el que halaga a su nueva musa diciéndole que tiene la medida perfecta y lo armonioso de su figura.

Algo llamativo del perfeccionismo que tiene Reynolds con sus vestidos, es que siempre deja un mensaje oculto en ellos. Uno que me dejó pensativa fue el mensaje de "nunca maldecida" que dejó en el vestido de bodas de una princesa, deseándole prosperidad en su matrimonio sin ningún maleficio de por medio. Y entre tantos vestidos que lució Alma, en ningún momento logré ver un solo mensaje en ellos (a no ser que se me haya escapado este detalle), por lo cual me deja con cierta
curiosidad respecto a lo que Reynolds quería dejar hilvanado en ella.

Nuestro "chico hambriento" (como le dice Alma cuando toma su pedido en el restaurante), no solo quiere comida, sino que al parecer también está sediento de almas. Metafóricamente, claro, aunque no se puede negar la forma en la que intenta apoderarse de la vida de ella y controlar hasta el más mínimo detalle.


Lo que empieza como una relación que aparenta logrará mantenerse por el amor que se tienen ambos y que demuestran a su manera, va adquiriendo matices particulares de una relación tóxica; se mantienen con un mecanismo enfermizo en el que ninguno quiere dejarse -por mucho que Reynolds quiera dar a entender eso-, ya que ambos se necesitan de una forma en la que solo ellos entienden y saben que sería peor estando separados.

Mencionando la relación interdependiente, en esto podemos incluir a Cyril, ya que ella también es la mujer que Reynolds tanto quiere mantener a su lado y a su vez, que ella también quiere estar con él. Y no en un sentido romántico, como se puede dar a entender, sino en un cariño que forjaron los dos a lo largo de su vida y el apoyo mutuo que encontraron en dos almas tan solitarias. Incluso, se puede jugar un poco con el nombre de Alma y confirmar que ella era lo que les hacía falta a estos dos hermanos para sentirse completos.

Es interesante ver la dinámica que hay entre Reynolds y su hermana, ya que parecen compartir una conexión en la que incluso, cuando él se cansa de alguna de sus amantes, ella es la encargada de despacharlas de la casa. Ya que conoce parte de los deseos de su hermano y comprende todo ese espectro de emociones que Reynolds oculta; y también, esto incluye la completa devoción que le tiene al mundo de la alta costura, no solo por amor a lo que hace, sino tal vez para sumergirse y camuflar toda esa gama de emociones que acarrea una persona sensible.


Llegado cierto punto, Alma se encuentra con el mismo destino que les depara a todas las amantes de Reynolds, y para no caer en el mismo juego, planea una nueva dinámica para la relación: decide que regularmente y cuando ella lo encuentre necesario, le pondrá unos hongos venenosos a su comida, para que emerja el otro lado que ella necesita de él.

Haciendo esto, Alma logra sacar a flote la vulnerabilidad de alguien que se demuestra tan frío y hacer que cuando se recupere, comience como si estuviera renovado y con nuevas posibilidades al haberse sentido al borde de la muerte. Cuando Reynolds se da cuenta del preparado que le pone Alma a su omelette, ella responde: "Te quiero de espaldas, indefenso, tierno, accesible, solo conmigo para ayudarte. No vas a morir. Es posible que desees morir, pero no vas a hacerlo. Necesitas tranquilizarte un poco." Y él, comprendiendo las intenciones de Alma, acepta su recaída y le dice: "bésame, amada mía, antes de que esté muy enfermo", irónicamente...


Entre los cortos diálogos que hay entre Reynolds y Alma, o las pocas palabras que llegan a intercambiar muchas veces, es cautivador contemplar cómo tienen la capacidad de recurrir a tan solo una mirada para comunicarse algo y que no necesitan decirse mucho para decirse todo. A pesar de todos los altibajos y lo tóxica que es la relación, es innegable la química que hay entre ambos y cualquier espectador se da cuenta de eso desde la primera escena en la que se miran de reojo.

Reynolds eclosiona una "nueva" personalidad en Alma (ya que no sabemos mucho de cómo era ella antes de conocerlo, pero sí sabemos que Reynolds ya tenía ese estilo de vida), al punto de convertirla en una persona similar a lo que es él, o dada la situación, demostrar alguna parte de ella que solo iba a detonarse con una persona así.

Podría decirse que ambos terminan fusionándose, pero no conservando las características que hacen lo que son cada uno, sino lo que Reynolds quería de Alma, el fascinante "vestido" que pretende diseñar y que va ajustando poco a poco hasta que es perfecto a su medida. Tal y como lo quiere.

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