Maravilla cinéfila.

Todo el dinero del mundo es una película del 2017, dirigida por Ridley Scott, en la que Paul Getty (Charlie Plummer), un chico de 16 años, es secuestrado por la mafia italiana. Paul es un chico que por parte de su abuelo paterno hay una fortuna, y los secuestradores saben esto, por lo que exijen 17 millones por él. Y su abuelo, que se niega a esto y por más malo que parezca, se entienden sus razones al no querer pagarlo. Pasados los meses y al ver la tardanza que tienen por pagar el secuestro, le cortan su oreja, y aquí es cuando se apuran por ver qué hacen para que no les terminen entregando al chico por partes. La película transcurre algo lenta y quizás hubieron algunas escenas que se pudieron cortar o que no había necesidad de prolongarlas tanto, de igual manera, la forma en la que es llevada la historia (que está basada en hechos reales), entretiene al que pueda cargarse una película que no te lanza la trama de un solo y que lo dice todo poco a poco.

La crucifixión es una película de 2016, dirigida por Xavier Gens y basada en hechos reales, en la que la monja Maricica Irina muere tras un exorcismo realizado por el padre Daniel Petre. No hay mucho que pueda rescatar de esta película más que el esfuerzo que hizo la producción por llevarla al cine, por más mediocre que sea. Tampoco no estoy muy interesada en temas de este tipo aunque más de alguna vez me encuentra buscando algo respecto o como lo es en este caso, viendo una película de esta índole. No es recomendable, es otra más que se añade al montón de películas de terror en las que tratan de exorcismos y por intentar meterle miedo al público más es lo que los terminan aburriendo, como lo hizo ahora. Tal vez si se hubieran esforzado en desarrollar un mejor guión, por malo que fuese lo demás, hubiera sido un poco mejor, y ni esto le puedo rescatar.